Puedes pensar que esto de planchar la ropa hace ya unas cuantas décadas, incluso siglos que lleva utilizándose. Pero nada más lejos de la realidad.
En épocas remotas, los griegos y los romanos ya empleaban rudimentarias herramientas para alisar sus prendas. Aunque, como te estás imaginando, las planchas eléctricas o con vapor (como las maravillosas planchas de ropa Rowenta) aún les quedaban lejos.

Hay planchas que son auténticas piezas de museo
Las primeras “piedras” en esto del planchado
Dicen que fueron los griegos quienes empezaron a preocuparse por alisar su vestimenta como símbolo de refinamiento y elegancia. Eso sí, se trataba de una tarea compleja reservada a esclavos, pues simplemente aplicaban mucho peso con la intención de eliminar las arrugas, con útiles como el siguiente:

También los romanos procuraban eliminar las imperfecciones de la ropa, éstos martilleándola. Como casi todo en aquella época histórica, se centraba en la fuerza bruta más que en la destreza o la efectividad. Es de suponer que estas técnicas primarias no eran del todo positivas para la durabilidad de los atuendos.
Planchar la ropa con aplicación de calor
Se comenta que los chinos fueron la civilización que empezó a aplicar calor (con madera caliente o, posteriormente, con agua hirviendo, incluso con carbón). Cuando la placa de hierro estaba caliente, aplicaban presión sobre las prendas y así conseguían reducir las arrugas.
La forma de los artefactos que manejaban nada tenía que ver con las planchas comunes de la actualidad.

Estos avances en la forma de planchar fueron mucho más importantes de lo que aparenta. No solo se mejoró sustancialmente la eliminación de las arrugas, sino que se erradicó en gran parte el deterioro que sufrían las prendas, debido al gran peso y golpes a los que se sometían.
La llegada del planchado de la vestimenta en Europa
Fue sobre el siglo XV que aparecieron los primeros aparatos dedicados a alisar la ropa en lo que hoy denominamos territorio europeo. Su forma, aunque con ligeros matices, ya se asemejaba a las planchas eléctricas horizontales que conocemos en la actualidad. Contaban con un mango, principalmente de madera, que permitía manejar la herramienta con cierta comodidad.

En los momentos iniciales, estas planchas se exponían al fuego para conseguir que su superficie de hierro se calentara lo suficiente para que el alisado tuviera cierta efectividad. El problema de esta práctica provenía de las irregularidades de la suela, junto a las impurezas que desprendía el propio fuego.
Para solventar estos inconvenientes, la magnífica idea que tuvieron fue la de proveer a las planchas de un contenedor interior, donde introducían materiales caldeados (básicamente, carbón). Este progreso derivó en un perfeccionamiento importante de la técnica, con la cual se consiguió que la idea de planchar la ropa dejara de ser casi una utopía.


Invención de la plancha eléctrica, antecedente directo del planchado actual
No fue hasta el 1882 cuando Henry W. Seely inventó la plancha eléctrica, no sin evitar ciertas trabas. La electricidad en aquel período era un recurso muy escaso, limitado a ciertas horas del día. Además, el gran peso de las herramientas de planchado y la no uniformidad en el desprendimiento de calor hizo que su éxito quedara muy contenido.
Posteriormente, a principios del siglo XX, surgió la plancha de vapor eléctrica. Este aporte de humedad se convirtió en el avance definitivo que llevó al planchado a ser una tarea cotidiana. Desde entonces, se ha ido alisando la ropa con suficiente facilidad y utilidad y el concepto ha llegado hasta nuestros días. Eso sí, no sin una sucesión continua de marcas, nuevas invenciones y patentes y la más reciente aparición del planchado vertical.

Tendencia actual con el planchado vertical
La forma tradicional de alisar las prendas, de forma horizontal y mediante una tabla de planchar, ha experimentado mejoras con el paso del tiempo. Hoy en día se pueden lograr grandes resultados con las planchas o centros de planchado eléctricos más modernos.
A pesar de esto, surgen algunas situaciones donde la forma típica de planchar puede no ser del todo efectiva. Por ejemplo, cuando queremos planchar un tejido muy fino o cuando no disponemos de mucho tiempo para adecuar nuestras prendas. En otro apartado de nuestra web analizamos en profundidad las diferencias entre el planchado vertical y el planchado tradicional.
Con todo, planchar de forma vertical, al menos hasta el momento, no es un sustituto completo del planchado horizontal, aunque frente a algunas circunstancias, muestra evidentes ventajas. Algunos modelos como la avanzada Rowenta IXEO Power nos hacen prever que esta tendencia actual de planchado ha llegado para quedarse.
Cuestiones a modo resumen de la historia del planchado
- ¿Cuándo surgió la primera plancha de ropa? No se sabe con total seguridad, pero es muy probable que algunos siglos antes de Cristo (sobre el s. IV a.C.)
- ¿Quiénes empezaron a emplear calor para mejorar la efectividad? Los chinos.
- ¿Todo el mundo planchaba sus atuendos hace algunos siglos? No. Era una opción reservada a la nobleza.
- ¿Fue un éxito rotundo la aparición de la primera plancha de ropa eléctrica? Para nada. Supuso una gran revolución, pero presentaba todo tipo de problemas que evitaron su rápida proliferación.
- ¿El planchado vertical actual superará al modo tradicional de planchar en horizontal? Nadie lo sabe con seguridad. Bajo nuestra humilde opinión, el planchado vertical continuará su tendencia alcista, coexistiendo con las planchas y centros de planchado convencionales.
En nuestro blog de planchado también encontrarás…